Hace pocos días, Sergio Marchionne, CEO de Fiat Chrysler Automobiles realizó unas llamativas declaraciones, pidiendo que nadie adquiriera la versión eléctrica de su famoso utilitario Fiat 500.
“Por favor, no compréis el 500e, porque cada vez que vendemos uno perdemos 14.000 dólares” dijo Marchionne durante una rueda de prensa. “Soy lo suficientemente honesto como para decir que voy a fabricar el coche, voy a hacer que esté disponible, que es mi obligación. Voy a vender el límite de lo que estoy obligado a vender y ninguno más “, continuó el empresario “si seguimos vendiendo más, tendremos que pedir un segundo rescate al gobierno porque estaremos en quiebra para Navidad.”
Muy pocas veces hemos escuchado este tipo de peticiones por parte del director ejecutivo de una compañía. Parece una acción de anti-marketing, un sabotaje dentro de la empresa a un producto exitoso. Si no quieren venderlo, lo lógico sería que no lo ofrecieran al público, estarás pensando. Pero esto no es así, porque están obligados a tenerlo en su gama.
Y es que, todo fabricante de coches que quiera vender sus modelos en el estado de California, debe incluir entre sus productos un automóvil eléctrico. Y tratándose del mercado estadounidense más grande, nadie ha querido abandonarlo, y Fiat tampoco. Por eso, crearon una versión eléctrica de su modelo estrella, el urbanita 500.
Además, están obligados a vender un mínimo de coches eléctricos, por lo tanto, un precio prohibitivo no tendría sentido. Por un lado, conseguirían no tener pérdidas o al menos reducirlas por coche vendido, pero no llegarían al mínimo.
«Desde un punto de vista económico, no hay nadie que haga dinero con la electrificación de los vehículos, con la excepción de Tesla, que solo hace coches eléctricos y los vende a un precio bastante desorbitado», añadió Marchionne. También realizó algunos comentarios sobre el futuro de la electrificación: «No se puede hacer pura electrificación. Necesita ejecutarse en conjunto con la combustión. La combustión todavía tiene una gran cantidad de aspectos inexplorados.»
Hay algunas cosas que tienen poco sentido. Empezaré diciendo que la ley de California no me parece la más adecuada. Y es que no sirve de nada tener un eléctrico puro si el resto de la gama de cualquier fabricante contamina más de la cuenta. Sería más lógico, por ejemplo, una ley que obligara emitir un máximo de CO2 a cada compañía, incluyendo todos sus modelos. Y siendo esta norma más o menos restrictiva, obligaría a muchas compañías a reducir sus emisiones contaminantes de manera notable.
Por otro lado, encuentro surrealista que el máximo responsable de Fiat pida a los consumidores que no compren un modelo concreto. Fiat ha resurgido de sus cenizas, en parte, gracias a la habilidad de Marchionne, pero este tipo de declaraciones pueden distorsionar la imagen de la marca, destrozando la dura labor realizada durante años.
Este búho seguirá pendiente del porvenir del Fiat 500e y de las declaraciones de Sergio Marchionne, a quien le gusta mucho hablar más de la cuenta.
Marketing del búho 